Su privilegiada posición geográfica (a lo largo del denominado “cinturón del café”), los microclimas (entre dos océanos cercanos), y la calidad de sus suelos; hacen de Panamá un entorno ideal para cultivar café de diferentes variedades y perfiles, con aromas, sabores y cuerpos particulares.
Nuestros cafés especiales (de las variedades arábica y cultivados por encima de los 1200 m.s.n.m.) brillan por sus excelentes resultados y altas puntuaciones en catas y subastas internacionales; destacándose el Geisha de Panamá, considerado el mejor café y el más caro del mundo.
En el país también se produce café robusta, con muy buen rendimiento en zonas bajas y resistente a plagas. Aunque menos cotizadas, estas variedades constituyen el sustento de miles de familias de pequeños productores.
Panamá cuenta con un amplio legado cafetalero transmitido de generación en generación, con prácticas agroecológicas tradicionales. Este factor cultural representa un valor añadido para los amantes del café.
Además de saborear una taza de café de excelente calidad, vale la pena conocer toda la historia y cultura detrás de la producción de los cafés de Panamá.
