Este comercio se realiza en dos mercados principales: el mercado de productos básicos (mainstream), que ofrece principalmente café a granel producido en gran volumen y de calidad corriente; y el mercado de calidad especial (prima), que tiene una calidad más alta pero un volumen más bajo.

De acuerdo a la Organización Internacional del Café (OIC), el valor del comercio mundial de este producto es de más de USD 200 mil millones al año y es un mercado en crecimiento.  En los últimos 30 años el aumento de la demanda de café ha dado lugar al crecimiento de su producción y exportación. 

Los cafés comunes o convencionales se refieren a un “commodity”, el cual es un producto poco diferenciado, sin marca, sin características distintivas y sin certificaciones que avalen su calidad.

Los cafés especiales se caracterizan por su óptima calidad, perfiles de sabor únicos, de preparación especial, y de indicaciones geográficas consistentes.

Los cafés diferenciados se caracterizan fundamentalmente por sus procesos ecológicos (que fomentan la apropiada relación entre el productor, su cultivo y el medio ambiente) o sociales (que consideran las condiciones de producción y comercialización con equidad social);  encontrándose.

A nivel internacional, más del 90% del café (en volumen) se sigue exportando en forma verde; siendo considerado una materia prima de exportación. Sin embargo, en el mercado mundial el mayor potencial se encuentra en las exportaciones de café tostado, debido a que generan mayor valor agregado y los precios por tonelada son 3 veces los precios del café sin tostar. El procesamiento del café se realiza predominantemente en los países industrializados, que aprovechan su base industrial y re-exportan café tostado, café descafeinado y café soluble, en gran escala.

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